Pájaros en la mochila
Como quien no quiere la cosa uno busca en Facebook “mochileros”. Las ganas de ver como esos soñadores alcanzan sus destinos después de caminar kilómetros, hace que uno quiera ver a través de la ventana digital como lo logran (y de paso pasarle el plumero a los miedos que hacen de telaraña y nos retienen en nuestras habitaciones mirando el mundo desde un celular o notebook). De los muchos resultados del algoritmo de la red social, uno capta nuestra atención y se decide unirse.
Grupos de estas características hay a montones, algunos mantienen la temática de viaje en el eje y otros no tanto, pero a mí en particular el de MOCHILEROS/AS (ARGENTINA) me ayudo a orientarme de una buena forma. En particular creo que es cuestión de probar y ver como funciona.
Esta decisión sin lugar a dudas ha sido muy buena. Las preguntas de los que están en camino y las respuestas de los que han ido antes diagraman un mapa de ruta que permite perder el miedo ante las dificultades. No se está solo ahí afuera.
Entonces uno empieza a ver que la gente sube fotos de sus hojas de ruta y pregunta por recomendaciones y muchos otros le responden afinando el recorrido con sugerencias que le permitirán volverlos operativos minimizando gastos y mejorando rendimientos para que se ajuste a los tiempos y necesidades de cada uno.
Las ganas de intentarlo se van quedando aun después de apagar nuestros celulares. Y si uno nunca ha tenido una mochila de viaje la primera pregunta será obligada: ¿De dónde saco una? ¿Cómo tiene que ser? Es que algo que parece tan simple para quienes llevan tiempo viajando de esta forma, puede llegar a ser un rompedero de cabeza para el resto de la sociedad acostumbrada a valijas con rueditas, que pueden ser muy prácticas y livianas pero no ayudan mucho cuando uno camina demasiado o necesita poder andar más libre.
Entonces fue en ese mismo grupo donde me topé con recomendaciones de mochileros reales que decían que tipos de mochila daban resultados y cuales no basándose en su propia experiencia. Esto me ha parecido genial. Sencillamente porque la experiencia de cada uno es la que permite ver como responden las cosas en el campo. Fue a través de ellos que conocí a unas personas que trabajaban por encomienda a todo el país y con quien finalmente decidimos contactar. Ellos fueron muy amables en explicarnos que las mochilas dependen de su tamaño en relación a nuestra estatura. Pero que también deben tenerse en cuenta otras variables como: tiempo de viaje, duración del mismo y cantidad de cosas a llevar. Mi mochila es de 50L con una compañera más pequeña que puede engancharse a ella o usarse sola. La estatura fue la variable determinante.
El momento mágico es cuando se hace encargue, elegir modelo y tela por foto, hacer el depósito y esperar. No puedo imaginarme la cara con al que mire al cartero cuando le abrí la puerta y lo vi con el enorme paquete abajo del brazo. Pero por toda respuesta él no pudo evitar sonreír. Cuando la mochila llega uno empieza a sentir que ya no es solo un sueño, que empieza a ser una realidad esto de animarse a salir. Abrir el envoltorio y encontrarse con los pájaros saliendo sobre el fondo turquesa de la tela no fue más que una invitación que no pude rechazar. Hoy no puedo evitar recordar la frase de Jack Sparrow en Piratas del Caribe cuando dice:
"Vamos allá donde queremos, eso es una nave, no solo es la quilla, la cubierta y unas velas, lo que en realidad es, lo que el Perla Negra en realidad es... es libertad".
Tal vez la mochila tenga mucho de eso, de barco para ir en busca de la libertad. Que llevar dentro es arena de otro costal. Mi recomendación es no perder la perspectiva de que no vamos a necesitar todo el guardarropas... cuando más liviano puede ser sinónimo de más lejos.

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